martes, 30 de marzo de 2010

Minerales

En los seres vivos, además de los elementos químicos que constituyen la materia orgánica, existen otros que forman parte de la composición de aquellos, aunque en pequeñas cantidades y a los que se les denominan minerales. Se clasifican en dos grandes grupos: elementos principales y elementos traza.

Los elementos principales son los que están en mayor proporción en los tejidos, por lo que tienen que ser aportados en mayores cantidades en la dieta. Se les conoce también con el nombre de macrominerales. Se incluyen en este grupo: azufre, calcio, cloro, fósforo, magnesio, potasio y sodio. De estos macrominerales el sujeto al que se le ha realizado el estudio tiene carencia en dos de ellos que son el magnesio y el potasio.

El magnesio se encuentra en cantidades importantes en el cacao y en las legumbres por lo que sería recomendable aumentar las ingestas de esos dos grupos de alimentos aunque la carencia de este mineral no es muy acusada. Si no pudiera aumentar la cantidad de magnesio podría padecer nerviosismo, irritabilidad, temblor, disfunción muscular y pérdida de control muscular. Estos síntomas ocurrirían a muy largo plazo y serían muy leves.

El potasio está en todos los alimentos ya que forma parte de los líquidos intra y extracelulares de los organismos. No se conocen enfermedades o síntomas clínicos por la carencia de potasio.

Los elementos traza son igualmente necesarios para los organismos pero en cantidades mucho menores. Los requerimientos de ingesta diaria para el hombre son menores al 100 mg. Se les conoce como microminerales. Se incluyen en este grupo: zinc, cobalto, cobre, cromo, flúor, hierro, manganeso, molibdeno, selenio y yodo. De estos microminerales el sujeto tiene carencia de tres: zinc, yodo y flúor.

El zinc se encuentra en diversos alimentos como las ostras, carnes rojas, aves de corral, algunos pescados y mariscos, habas y nueces, sería conveniente ingerir más cantidad de pescado y marisco sobre todo ya que el sujeto casi no consume de esos grupos de alimentos. La deficiencia de zinc perjudica al sistema inmunitario, genera retardo en el crecimiento y puede producir pérdida del cabello, diarrea, impotencia, lesiones oculares y de piel, pérdida de apetito, pérdida de peso, tardanza en la cicatrización de las heridas y anomalías en el sentido del olfato.

El yodo se aporta a través de pescados; sobre todo, y también con la sal de mesa. En este sentido la sal debe estar yodada, lo cual se hace artificialmente.

El flúor es aportado principalmente por las aguas de bebidas a las que se les adiciona por lo que sería recomendable comprar un agua con alto contenido en flúor para eliminar esa carencia. La única enfermedad que se podría tener sería caries dental.



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